lunes, 19 de diciembre de 2016

Tercer trimestre: a un paso de ti

Hace siete meses abrí este blog sin saber aún si algún día llegarías a mí. Ahora, embarazada de 34 semanas, estoy muy cerca de conocerte al fin. Aunque tengo que decir que todo este tiempo no ha pasado en vano y que, por raro que parezca, siento que ya te voy conociendo. 

Sé que te gusta moverte mucho, sobre todo de noche, cuando conduzco o cuando acabo de comer. Te gusta especialmente el dulce, te vuelve loco. Eres fuerte, de eso da fe mi pobre tripita a la que golpeas a placer. También sé que respetas mucho a tu padre, o eso dice él porque cada vez que pone su mano en mi tripa tú te calmas inmediatamente (creo que va a ser él quien te duerma cada noche.. jeje). También tengo comprobado que te gusta la música. Da igual el estilo, te mueves como un loco cada vez que pongo la radio ¡En eso te pareces a mí! 

Aún no sé qué color de pelo tendrás, ni de ojos, ni a quién te parecerás más. No sé si serás tan inquieta como tu madre o igual de manitas que tu padre. No se si serás tímido o extravertido. Si te gustarán los perros o los gatos. Aún nos falta mucho por saber de ti y a ti mucho por saber de nosotros pero, sabes qué, ¡tenemos toda la vida por delante!



¡Qué vértigo da! Estamos deseando que llegues a la familia pero también sabemos que lo vas a cambiar todo. Cambiarás nuestras rutinas, horarios y hasta  nuestra forma de hablar. Nuestras vidas tal y como las conocemos dejarán de existir y pasaremos a otra etapa diferente, aunque mucho mejor, estoy segura. Tenerte no ha sido un capricho de dos días, ni mucho menos un desliz. Ya sabes lo que nos ha costado llegar hasta ti. Un largo camino que no ha hecho más que reafirmarnos en nuestro deseo de ser padres, y ahora esperamos hacerlo lo mejor posible. 

¡Pero no seas muy duro con nosotros que somos primerizos! 

Algún día comprenderás que los padres lo hacen SOLO lo mejor que pueden. Que no lo saben todo, que no son perfectos ni infalibles. Que a veces se desesperan y gritan. Que se pelean entre sí por intentar protegerte. Que son miedicas y temen que te pase cualquier cosa. Que también se ponen tristes alguna vez. Pero recuerda una cosa, Little, que los padres quieren a sus hijos como a nadie en el mundo. Que harían cualquier cosa por ellos y darían su vida. Yo no conozco otro tipo de padres, así me lo enseñaron. Los padres aman incondicionalmente, perdonan, consienten, esperan y siempre siempre están disponibles. Recuerda esto porque es muy importante. Quizá no lo entiendas hasta que no pasen unos años, pero algún día te darás cuenta que es así. 

Hasta entonces nos esforzaremos por que encuentres tu lugar en el mundo, porque en esta familia ¡ya ocupas la pole position!  ; ) 

¡¡Besos verdes de esperanza!!

miércoles, 19 de octubre de 2016

Cumpliendo un sueño

Ya sí. Ya me lo creo y lo disfruto. No es que no tenga miedo a un millón de cosas que pueden pasar... pero ya tengo la convicción de que voy a conocerte muy pronto. Pasada la amenaza de los primeros meses, empecé a vivirlo de otra manera. A permitirme ilusionarme, pensar en nombres, en su habitación, hacer alguna que otra compra... Vamos, a disfrutarlo, y en ese disfrute incluyo el compartirlo con toda mi gente. 

Me levanto por las mañanas y estoy feliz como una niña con zapatos nuevos, como cuando estrenas algo o tienes una cita muy especial. Cada día es una aventura maravillosa contigo, Little. Es como si no hubiera días malos, ni grises ni lluviosos, porque tú estás ya en mi vida.


¡Ahora me doy cuenta de que he estado mucho tiempo a medio gas porque ahora estoy a gas completo! 

Pesas ya 800 gramos. Te mueves como pez en el agua, bostezas, abres la boca, te chupas el dedo, giras sin esfuerzo brazos y piernas... Y todo eso lo hemos visto en directo tus papis; ¡¡es alucinante!! Y lo mejor de todo ¡es que ya te noto! Empecé a sentirte hacia la semana 20, pequeños golpecitos o aleteos. Ahora son más fuertes y ya no hay duda. Te mueves todo el tiempo y eso me encanta porque significa que estás a gusto, que estás bien.


Este domingo cumplimos 25 semanas juntos. Ya queda menos de la mitad pero no tengo prisa, disfruto también de este momento único que los dos estamos viviendo. Ayer empecé la preparación al parto con mi hermana (que ya os he dicho que está de tres semanas más que yo) y me encantó, primero porque fue útil, pero sobre todo porque me pone ya en la casilla de salida para conocerte. Es como si cada día que pasa todo fuera más real a pesar de parecerme un sueño. Porque eso eres tú, Little, un sueño cumplido para nosotros. 

Pese a todo, hoy es un día extraño. Hoy hace 3 años que perdí a una de mis mejores amigas por el cáncer. Lo cuento aquí porque a veces viene bien relativizar las cosas. Para aquellas que seguís persiguiendo vuestro sueño de ser madres no desesperéis, seguro que tarde o temprano lo conseguís. Y mientras, disfrutad del camino que por empedrado que sea siempre crecen flores, pero hay que pararse a mirarlas. Eso es lo que me enseño mi amiga Patri a la que jamás olvidaré.

Besos verdes de esperanza a tod@s 

domingo, 21 de agosto de 2016

¡¡Segundo trimestre!!

¡¡Por fin hemos pasado del primer trimestre!! Hoy es mi cumple y he tenido el mejor regalo... Mi bebé sigue creciendo dentro de mi y hoy ha hecho ¡¡16 semanas ya!!


Hacía mucho que no escribía, lo sé. Pero ha sido una etapa de muchos cambios y, a ratos, poca energía... jeje. Además, no lo había contado aquí pero he estado de baja y haciendo reposo prácticamente desde que me enteré de que estaba embarazada. Con un ligero manchado y dos hematomas intrauterinos no tuve opción. Me diagnosticaron amenaza de aborto y me mandaron reposo relativo y no trabajar hasta cumplir el primer trimestre y pasar la eco de las 12 semanas. 

Pero eso ya pasó. He vuelto a trabajar y todo, y lo cierto es que me siento feliz y liberada. Es verdad que no paro. Se acabaron los largos días de verano en que podía tirarme en la tumbona o en el sofá, ver la tele hasta hartarme (y me hartaba pronto, os lo aseguro) o leer libros sin descanso... Ahora he vuelto al ajetreo, al ritmo de un trabajo intenso (por desgracia no puede ser de otra manera), a ver a los compañeros y amigos.. He vuelto a mi vida y la verdad es que ¡lo agradezco! Odio sentirme débil o enferma. Sé que era por una muy buena causa, LA MEJOR, pero aún así ir con miedo y cuidado con todo cansa mucho. Ahora estoy más tranquila, sabiendo que tengo que cuidarme sí, pero ya de otra manera, pudiendo hacer vida casi normal. Aún no me dejan hacer deporte (ni siquiera yoga) ni coger peso, ni estresarme demasiado, pero ya tengo la sensación de volver a ser yo, y la seguridad de que esto va para alante!!!

Estoy ansiosa por vivir nuevas fases. Por sentir las pataditas de little (mi hermana está de tres semanas más que yo y ya las siente!!), por que llegue la siguiente eco y me digan que todo va bien y que crece fuerte y sano. Pero también estoy taaaan feliz de disfrutar este momento que no quiero que pase. No es que el embarazo no tenga sus cosas malas (que si no puedes comer mil cosas, que si nauseas, reflujos, no duermo bien, nariz congestionada, alergia y sin poder tomar pastillas, cansancio todo el día...) pero... ES TAN GUAY!!! No puedo decirlo de otra forma. Cuando oigo a amigas decir que se saltarían esta etapa e irían directamente a por el bebé... yo no. Es verdad que mi embarazo no esta siendo malo y que hay gente que lo pasa fatal, pero creo que aún así no querría saltarme esta fase ¡Me parece todo tan increíble!

En fin, supongo que es lo que nos pasa a todas las que nos ha costado tanto quedarnos embarazadas. Ahora se nos hace hasta raro decirlo en alto, contarlo a amigos y conocidos, ir a comprar ropa premamá, libros de embarazada e incluso algún caprichito ya para el bebé... ¡¡Una rareza maravillosa!!

Hoy cumplo 36 años y tú 4 meses. No tengo palabras para agradecerte, mi vida, que decidieras quedarte conmigo, con nosotros. Espero que nunca te arrepientas porque nuestro único objetivo en la vida será hacerte feliz. 

A todas las que seguís buscando vuestro little, solo puedo deciros que no os rindáis, porque llegará. 

¡¡Besos verdes de esperanza!!

miércoles, 22 de junio de 2016

Semana 8 de embarazo

Me parece mentira escribir esta entrada. SEMANA 8 DE EMBARAZO. Insisto, de EMBARAZO!!! Es que aún me cuesta creerlo... Han sido 3 años y medio de búsqueda y lucha, de incertidumbre, de medir las ilusiones por si nunca llegaba, de mirar hacia otro lado cuando veía una embarazada para no morirme de envidia... Aún me cuesta creerlo... 

Pero aquí estoy, como tantas otras mujeres infértiles, cumpliendo mi sueño. Han pasado ya los dos primeros meses según las cuentas de los gines, mes y medio desde que nuestras células se juntaron por fin para crearte. Es increíble pensar ahora que de mis 7 óvulos y de los millones de espermatozoides de Alfa solo uno de cada sirvió para crear vida. El resto lo intentó pero no lo consiguió. 
No tenían tu fuerza, ni tus ganas de vivir, ni brillaban como lo hacías tú. 
Así que no hubo lugar a dudas y ahora no estoy preguntándome por qué escogí a uno y no a otro, ni qué harán mis otros embriones criogenizados porque no los hay. Tuve la historia perfecta, lo reconozco. Lo conseguí en la primera FIV (tras cuatro IA, eso sí) y con un solo embrión. Casi un milagro.

Hoy releía otros blogs y me he dado cuenta de que aunque para mi ha sido larga, mi lucha es una bendición comparada con las de otras guerreras. Algunas van por los 10 años... 5 FIV... y nada. Muchas, la mayoría, han conseguido su final feliz tras varios intentos, pero otras aún siguen persiguiendo su sueño. No puedo evitar apenarme por ellas, desearía decirles que todo va a ir bien, que lo van a lograr, pero lo cierto es que no lo se. Te das cuenta de que unos buenos profesionales son imprescindibles, un diagnóstico acertado y toda tu buena voluntad, pero en la fertilidad también hay algo de suerte. Una pequeña parte en lo que no interfiere ni la técnica ni la ciencia. Solo la suerte.


No os lo había dicho pero estos días estoy de baja, he tenido amenaza de aborto por manchados y hematomas intrauterinos y me recomendaron reposo en casa. Así que estoy teniendo tiempo para cuidarme, dormir y pensar. No puedo hacer muchas cosas pero sí puedo hacer lo fundamental, proteger a mi bebé. Cuidarle lo mejor que sé, alimentarle bien, darle descanso y una vida tranquila. Y os aseguro que aunque estoy que me muero de cansancio por el embarazo y la progesterona que tomo, me cuesta lo de la vida tranquila. Como digo en mi perfil, no paro quieta. Soy una persona muy activa a la que le gusta estar metida en mil cosas, hacer deporte, salir, hacer planes. Me gusta mi trabajo y me lo paso pipa con mis compañeros, así que a pesar de la inmensa felicidad que siento ahora mismo echo de menos esas cosas. 
¡Pero tú lo compensas todo!
Intento disfrutar cada día del regalo de tenerte dentro de mí, trato de memorizarlo porque son días que no vuelven. Me recuerdo lo afortunada que soy (solo de pensar que podía estar en el otro lado, volviendo con los tratamientos...), pero no puedo evitar querer que pasen pronto los tres primeros meses de riesgo. En la semana 12 como tarde me levantarán la amenaza de aborto y podré hacer una vida normal sin preocuparme de que algo vaya mal. 

Entonces podré pensar en nombres, en tu cuarto, en las mil cositas que quiero comprarte, en el parto, en las guarderías... Podré pensar en el futuro. Ahora disfruto de ti, mi pequeño superviviente, de otra manera. Aprendo lo que vas haciendo semana a semana, cómo creces y te formas dentro de mí. Ya tienes ojos, nariz, lengua y hasta mentón! Tienes brazos y piernas y se te empiezan a separar los deditos. Además esta semana te empiezan a crecer los dientes, bueno el cartílago que serán los dientes de leche. Y, sobre todo, tienes desde hace días un corazón que late fuerte y rápido aunque tengas el tamaño de un arándano.

Hace una semana pudimos oír tu latido con claridad y ¡menuda fuerza! Fue un momento alucinante, un sonido que jamás olvidaré. Y como recuerdo del momento, una foto.




Quedan 32 semanas por delante... Pero este viaje trepidante y maravilloso no lo estamos haciendo solos tú y yo. Además de Alfa, por supuesto, y mi familia y amigos, me acompañan personas muy especiales que están viviendo lo mismo que yo casi a la misma vez. Especialmente una persona a la que hace un tiempo solía llamar mi alma gemela. Es precioso vivirlo juntas, peque!!

¡Mil besos verdes de esperanza para las que seguís luchando! Vosotras tampoco estáis solas.

jueves, 9 de junio de 2016

Síntomas de un positivo

Lo prometido es deuda. Cómo es lógico no puedo deciros cuáles son los síntomas que dan positivo y los que dan negativo como algo matemático, nadie puede. Solo puedo contaros mi experiencia, que espero os sirva como a mí me sirvió conocer la de otras luchadoras.

Después de 4 IAC negativas y una FIV positiva he percibido ligeras diferencias, y es lo que me gustaría contaros para todas las que estáis buscando síntomas como locas durante la betaespera. Sé por experiencia que se pasa fatal y que, aunque intentas ser paciente, los nervios están a flor de piel y además empiezas a notar un montón de cosas diferentes que no sabes si son fruto del embarazo o de la medicación. En definitiva, que esos 15 días de espera somos un mar de nervios, sobre todo, según se va acercando el día de la beta.

Empezaré por lo común. Todas las veces he notado más sensibilidad en el pecho, pinchazos en los ovarios (sobre todo al final), ligeros mareos, ganas de hacer pis constantes y a veces algún ligero manchado rosa y/o marrón que anticipaba la regla. 

¿Qué he tenido esta vez, con el positivo?


Pues todo eso... y algo más. El pecho no solo me aumentó y estaba más sensible, es que directamente me dolía. Los últimos días de betaespera ya no podía dormir boca abajo porque me molestaba mucho. Andaba y me sentía una vaca lechera notando el pecho al moverme (un dolor  que por cierto sigue ahora que en la semana de embarazo). El dolor de pecho ha sido la diferencia fundamental, pero ha habido otras. 

En los últimos días, a partir del 11 post transferencia empecé notar dolores menstruales, sobre todo por la tarde-noche. Dolores que siguieron prácticamente hasta el día de la beta. Se trataba de un dolor extraño, como muy puntual y algo fuerte pero que enseguida se quitaba y no volvía.

También al final de la betaespera noté pequeños y esporádicos tirones en las ingles y algún pinchazo en el vientre bajo.

Por último, el manchado que entiendo que sería de implantación. Desde el día 3 post transferencia tuve manchados rosados, ligeros e intermitentes. Es decir, no todos los días ni todo el tiempo y según se acercaba la beta el manchado se tornó algo marrón y desapareció. (Aunque luego volvió pero ya os contaré lo de los hematomas intrauterinos en otro post)

Entre los dolores menstruales y el manchado del final yo creí que no había nada que hacer... Sin embargo, el desconocido dolor en el pecho me tenía desconcertada y me decía que aún podía ser. Además, quizá sean paranoias pero recuerdo que el último día de betaespera tuve sensaciones nuevas que me daban esperanza. 

Cada caso es diferente

Esta claro que en esto no hay reglas matemáticas ni dos casos iguales, cada uno lo vive a su manera y tiene sus propios síntomas. Yo lo único que os puedo contar es lo que he vivido y, como es inevitable buscar síntomas por Internet, también os digo que nada es definitivo hasta que nos hacen la beta. Podemos estar seguros de que es positivo o de que es negativo, pero hasta que no nos dan el resultado todo puede ser. 

Así que ¡ánimo y no perdáis la esperanza! Mi único consejo es que viváis lo más relajadamente posible el difícil trance de la betaespera. Nunca se sabe si va a ser la definitiva o si vamos a tener que volver a la batalla... Pero sea como sea ¡nos pillan preparadas porque somos auténticas guerreras!

¡Un beso fuerte y muy verde de esperanza que tengo por ahí a amigas y compañeras de batalla pendientes de sus positivos!  ¡Os deseo toda la suerte del mundo!

domingo, 5 de junio de 2016

¿Embarazo ectópico?

No ¡¡Pero qué susto nos hemos llevado!! 

La alegría del positivo solo nos duró dos días. El miércoles me hicieron repetir la beta porque me dolía el abdomen y manchaba un poquito (solo rosa y muy ligeramente). Yo no le dí importancia pero la clínica sí y quiso saber que todo iba bien. 

El susto llegó con la beta, dio 1030, "una cifra inferior a la normal" nos dijeron, porque a las 48 horas por lo visto la beta se tiene que duplicar en los primeros días. La mía debía haber sido de casi 1300. Aún así yo no me alarmé, pensé que no era para tanto, pero la voz de la doctora me decía otra cosa. Me adelantó la cita para controlarme más y en eso quedamos. Cuando colgué, con un poco de susto en el cuerpo, busqué por Internet si era tan grave tener la beta ligeramente inferior al "duplicado" y lo primero que encontré: EMBARAZO ECTÓPICO. Es decir, que el embrión se está desarrollando fuera del útero (normalmente en las trompas de Falopio), algo no solo inviable si no muy grave para la mujer. No lo vi en una página, ni en dos ni en tres, ¡sino en todas!

Me asusté mucho, lloré y al ver mi estado de nervios pensé que no podía aguantar así hasta el lunes; por la tarde volví a llamar a la clínica. Ellos confirmaron mis temores: entre el manchado y la beta baja sospechaban de embarazo ectópico. Me notaron tan nerviosa que me propusieron adelantar la cita al viernes para volver a hacer la beta y ver la evolución e intentar una ecografía para ver si se veía el saco gestacional en su sitio. 

Fueron las 48 horas más angustiosas de mi vida, al menos que yo recuerde. Quizá fue el contraste: pasar de la alegría absoluta a la tristeza y preocupación máxima. Me sentí tonta por celebrarlo tanto, por contárselo a tanta gente, por haberles involucrado tan pronto en este embarazo incipiente que podía frustrarse en el día dos. 

Decidí que este susto lo contaría al menor número de personas posible. No quería desatar una alarma innecesaria ni tener a todos pendiente preguntándome, porque eso también me generaría más angustia. Mi familia me tranquilizó un poco, me pidieron que no sufriera por adelantado y me dijeron algo muy cierto, que yo estaba tan controlada que en un embarazo normal de esto no te enteras. Y es verdad, pero yo sí lo sabía. Sabía que tenía ya papeletas para una desgracia temprana y no podía ignorarlo. ALFA, sin embargo, estaba convencido de que todo iba bien. Lo decía una y otra vez y no por tranquilizarme a mí, que también, sino porque estaba seguro de ello. Me decía que mis llantos eran innecesarios y que debía calmarme porque eso seguro que no era bueno para el bebé. 
¡Qué diferentes somos! Yo celebro mucho más pero también me preocupo mucho más... Lo bueno es que nos equilibramos. El ying y el yang, supongo..
El viernes, por fin, respiramos tranquilos y volvimos a llorar de felicidad

Fui con miedo a la clínica. Con miedo y con nervios. Me hicieron la beta (análisis de sangre) y nos mandaron a dar una vuelta tres cuartos de hora hasta que tuvieran el resultado. Cuando volvimos la enfermera me sonrió. Me llamó para entrar en la consulta y me susurró "tranquila, todo está bien". Pufff respiré tranquila...  La doctora me lo confirmó: beta de 2.628! En la ecografía se pudo ver el saco gestacional (aun es pronto para ver el embrión) y estaba en su sitio, en el útero. No había duda, el embarazo no era ectópico e iba bien. 

Ahora solo tenía que recoger mis pedacitos de miedo, mis temores, tristeza, rabia y frustración y tirarlos lejos. Porque no pienso volver a ponerme en lo peor a no ser que no me den otra opción. A partir de ahora, éste es un embarazo normal con los riesgos normales y solo tengo que cuidarme como el resto y disfrutar cada día de sentirme EMBARAZADA, lo que había querido sentir desde hace 3 años y medio. 

Hoy sé que mi pequeña semillita (aún no llega a lenteja) está ahí, creciendo dentro de mí. Y ya no hay otra cosa que ocupe mi mente que la felicidad por saber que ¡¡estoy más cerca de conocerte!!

¡Muchos besos de esperanza para todas!

                                                   

martes, 31 de mayo de 2016

¡¡¡Positivo!!!

Ayer recibí la noticia más maravillosa del mundo. Mi ginecóloga me llamó para anunciarme que ¡¡¡estaba EMBARAZADA!!! Beta de 642, según ella altísima, así que no había duda. Lloré de felicidad como nunca antes... ALFA y yo nos abrazamos fuerte, sonreímos, lloramos, reímos, volvimos a llorar. Aún no me lo creo... "¿embarazada yo?" Sí, yo misma. La que en muchos momentos creyó que no ocurriría, la que dudó de poder lograrlo, pero también la que se levantó después de cada caída con fuerza y esperanza. 


"Ya no tengo que sufrir más", dije en voz alta. Se acabó la tortura, los tratamientos, los pinchazos, los fracasos, el ir de clínica en clínica... "¡Lo conseguí!". Volví a llorar. 

Desde entonces todo ha sido una locura, tanto ayer como hoy. Dar la noticia a mi familia y amigos que tanto habían pedido y rezado por mi y que tanto se han alegrado al oírlo. Os debo un post como es debido, quiero contaros cuales fueron mis síntomas (que sí han sido diferentes a las otras veces en las IA), contaros cómo me siento ahora...

Hoy solo os diré que soy la persona más feliz sobre la tierra. Ando por la calle, me cruzo con la gente, sonrío y pienso "ellos no lo saben, ¡pero estoy embarazada!". Creo que la sonrisa ya no se me va a quitar de la boca. 

El viaje hasta a ti toma ahora un nuevo rumbo, mi pequeño superviviente. Hoy ya cuento los días para poder verte, abrazarte y adorarte el resto de mi vida. Si todo va bien, en febrero te tendremos por fin con nosotros, la familia que lleva soñándote y queriéndote desde hace mucho mucho tiempo.

¡Besos verdes de esperanza!

domingo, 29 de mayo de 2016

Nervios antes de la beta

¡Ya no queda nada! Y ahora sí puedo decir que estoy nerviosa. Hasta ahora creo que lo he llevado bastante bien y he seguido mis propios consejos. No dar vueltas a los síntomas, no buscar en internet cada cosa que sientes, no pensar demasiado en el tema, estar entretenida pero cuidarme... En definitiva, no obsesionarme. 

Pero eso ha sido hasta ahora. Hasta que hace 4 días, el décimo día post transferencia, empecé con unos dolores inconfundibles de regla, incluso manché ligeramente rosa. Entonces me vino el bajón y no pude evitar entrar en internet para ver si los síntomas eran definitivos. Y para mi sorpresa muchos positivos han estado precedidos de dolores de regla y manchado. Así que me quedé más tranquila, tomé aire de nuevo y pensé: "aún puede ser, ¡¡puede que esté embarazada pese a todo!!".


El carrusel de emociones ha seguido estos últimos días de betaespera. Han sido los más duros por la intensidad y la cercanía de la beta (la prueba de embarazo en sangre), pero también he tenido la suerte de pasarlos muy bien acompañada: junto a grandes amigos en una estupenda casa rural, lo que me ha ayudado a desconectar y olvidarme del tema en muchos momentos del día. Me he hartado de reír y he disfrutado una vez más de la vida que tengo ahora, la vida con ALFA y con mis amigos, mi única vida hasta que llegues TÚ (no me olvido de mi perrita y mi familia pero como este finde no he estado con ellos...). En fin, os recomiendo algo así si estáis pasando por esto porque la última fase es la peor. Hay que salir y desconectar.

Ahora sí que la suerte está echada. No hay nada que pueda hacer, si es positivo mañana lo sabremos, si no también. Celebraremos o lloraremos, pero lo haremos juntos y unidos ALFA y yo. Ojala sea lo primero, pero si no seguiremos luchando. Mañana nada acaba, solo empieza.

"La esperanza y el temor son inseparables, y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor". François de La Rochefoucauld.


¡Besos verdes de esperanza!





miércoles, 25 de mayo de 2016

La infertilidad, por desgracia, un tema tabú

Solo unos datos. En España la edad media para estrenarse en la maternidad es de 32 años. Con 30 años una mujer sana tiene solo un 20% de posibilidades de quedarse embarazada en cada mes. Es decir, solo 20 de cada 100 tienen éxito cada ciclo, 80 fracasan. Pero esta cifra baja drásticamente con los años. A los 35, la tasa de embarazo es de un 10% y a los 40, de un 5%. Y es que con la edad, por muy estupendas y jóvenes que estemos, los ovarios envejecen, desciende el número de óvulos disponibles y empeora su calidad.
Esto lleva a que un tercio de las mujeres de entre 35 y 39 años y más de la mitad de las mayores de 40 años tienen problemas de fertilidad
La edad es un factor muy importante, pero no el único. En España la tasa total de infertilidad se sitúa entre el 15 y el 17% de la población, unas 800.000 parejas tienen problemas de fertilidad y va en aumento.

UN PROBLEMA COMÚN

Por tanto podríamos decir que la infertilidad es un problema bastante común en nuestra población, no es una enfermedad rara. Entonces, ¿por qué es un tema tabú?. Buena pregunta, ¿no?
En mi opinión con la infertilidad pasa como con otras muchas cosas en la vida: lo que no gusta lo ignoramos como si no fuera parte de la realidad. Hasta hace no tanto los homosexuales no existían para la sociedad o eran mirados como bichos raros. Lo normal era tener una pareja (heterosexual, por supuesto), casarse y tener hijos. Hoy en día empiezan a aceptarse otros estilos de vida; pareja de hecho, “arrejuntarse”, ser soltero por convicción, madre soltera y parejas homosexuales.
Con la infertilidad pasa lo mismo solo que va más lento. A los infértiles nos cuesta salir del armario porque nos sentimos incomprendidos en esta sociedad. No es un tema cómodo ni agradable. No es fácil y además duele reconocerlo, pero ayudaría mucho poder tratarlo con naturalidad.
Desde que nos diagnosticaron Esterilidad de Origen Desconocido (EOD) no os podéis imaginar la de casos cercanos que he conocido con problemas de fertilidad. Estaban ahí, antes y ahora. Pero antes no lo hablábamos y ahora que estoy en la misma situación, sí.
El principio es lo que más cuesta, cuando ves a tus amigas, familiares o compañeras de trabajo tener hijos sin problemas te sientes “sola”, piensas que solo te pasa a ti. Pero en cuanto rascas un poco, ves que hay muchas parejas que están o han pasado por tu situación. Entonces respiras un poco más aliviada.
 “No soy la única. No soy un bicho raro, ni tengo tan mala suerte, ni estoy haciendo algo mal, simplemente me ha tocado esto como a otros le tocan otras cosas.”

 “NO SOY LA ÚNICA”

Eso marca la diferencia. Sentirte dentro de una especie de club, “el club de las infértiles” jaja. Pues sí hasta entrar en un club como este te hace sentir mejor porque ya no estás sola. Ahora comprendes que hay muchas mujeres, muchas parejas pasando por lo mismo. Llorando de frustración, viendo embarazadas por todas partes en la calle, cosechando “negativos” cada mes, viviendo con la ilusión de cumplir un sueño que no llega. Pero también comprendes que la mayoría de las parejas que han pasado por esto finalmente lo han conseguido y eso te da ánimos. No siempre a la primera, ni a la segunda ni a la tercera FIV o inseminación, con mucho desgaste físico y emocional (por no hablar del económico), pero LO HAN CONSEGUIDO. Y si ellos pueden, ¿por qué no iba a conseguirlo yo?
Desde el principio siempre he tratado el tema de la infertilidad con mi familia y mis amigas más intimas. Y poco a poco he ido ampliando el círculo, ahora lo conoce mi jefe (no ha quedado más remedio claro) y también compañeros de trabajo en los que confío y que me ayudan a sentirme más cómoda.
Pero en este camino he hecho migas muy especiales con personas que han pasado por lo mismo. Son y han sido un gran apoyo porque tener cerca a alguien a quien puedes preguntar tus dudas, con quien compartes inquietudes y que se adelanta a lo que sientes y piensas, es lo que más ayuda.
Para mi familia el tema no es nuevo. Antes que yo mi hermana también intentó sin éxito quedarse embarazada, y ahora, años después, tienen un precioso niño de Etiopía del que soy madrina ¡y que me como con patatas! Ellos escogieron otra vía, pero el camino de dolor y frustración por no conseguir ser padres es el mismo. Por eso nos entienden tan bien. Su caso, o más bien cómo lo han llevado, ha sido digno de elogio. De ellos he aprendido a no rendirme nunca y transformar mi dolor en fuerza y motivación.

CAMBIAR LAS ETIQUETAS

Pienso en cómo me ha cambiado la vida desde que hace 3 años y medio intentamos tener un hijo y en cómo he cambiado yo y solo veo cosas positivas. Ahora voy a yoga (algo que quería hacer desde hace mucho) y hago meditación en pequeños momentos del día. He aprendido lo importante de respirar profundo. Me alimento mucho mejor: he dejado el patateo y el chucheo y el alcohol (al menos durante el tratamiento), como mucha más fruta, verdura y pescado. Soy más paciente, más perseverante, tengo más fuerza de voluntad. Soy más fuerte; no me asustan los tratamientos, ni las intervenciones, me pincho hasta 4 agujas al día casi sin enterarme y  me levanto tras cada derrota sin dudarlo un instante.
Por eso no creo que ser infértil sea algo de lo que avergonzarse, creo que es algo por lo que sentir orgullo. Orgullo por tener un problema y no darte por vencida, por luchar con todas tus fuerzas y levantarte tras la caída, orgullo por estar dispuesta a cambiar toda tu vida, ponerla patas arriba para cumplir un sueño: el de ser mamá.
Así que la infertilidad no debería ser un tema tabú, es un error que creamos que es algo aislado que afecta a muy poca gente y que es un tema prohibido sobre el que no se puede hablar (otra cosa es elegir el momento porque señores, no, no es un tema de ascensor). Yo aporto mi blog como granito de arena para ¡sacar la infertilidad de los temas tabú de una vez por todas!

¡Besos verdes de esperanza para todas!



sábado, 21 de mayo de 2016

¿Síntomas de embarazo o progesterona?

Esta es una duda que asalta a cualquier mujer que se haya sometido a un tratamiento de reproducción. ¿Lo que siento será una señal, son síntomas de embarazo?
Yo, como os dije en otro post, no voy a dejarme engañar esta vez. La hinchazón y dolor de pecho, las ganas de hacer pis constantes, los pequeños mareos, la somnolencia, los cambios de humor, y más tarde los pinchazos en los ovarios... ¡Todo es culpa de la progesterona!


¿QUÉ ES LA PROGESTERONA?

Pues es la hormona femenina que segrega nuestro ovario, y posteriormente la placenta, cuya función es preparar el útero (en concreto su capa interior, el endometrio) para facilitar la implantación del embrión. 

Y SI EL CUERPO LA PRODUCE ¿POR QUÉ NOS ADMINISTRAN PROGESTERONA ARTIFICIAL?


En un tratamiento de fecundación in vitro o inseminación artificial es obligado reforzar con la progesterona artificial porque la medicación que nos pinchamos durante el tratamiento puede reducir la capacidad del cuerpo de producirla de forma natural. También la recetan cuando hay riesgo de aborto. Lo normal tras una FIV es que receten progesterona por vía vaginal tres veces al día, un exceso de hormonas que engaña al cuerpo para que piense que estás embarazada. 

Es decir, que nuestro cuerpo siente todos los síntomas de un embarazo porque los niveles de progesterona están tan altos como los de una embarazada.

ASÍ QUE... NO HAY SÍNTOMAS QUE VALGAN

Lo he aprendido a la fuerza. Primero con los 5 ciclos de Omifin que acaban también con la progesterona y gracias a la cual no me bajaba la regla. Y yo creyendo que estaba embaraza...pues no; mientras usas la progesterona la menstruación es muy probable que no llegue. Pero volví a aprender la lección con la primera IA y con la segunda y con la tercera, incluso con la cuarta, cuando tuve los mayores pinchazos de ovarios en los últimos días de la betaespera. Pese a conocer ya estos síntomas y saber por otras veces que no tenían por qué ser señal de embarazo, siempre te queda un resquicio de esperanza. Esperanza a la que te agarras especialmente en los últimos días y que te hace buscar compulsivamente en páginas de internet, blogs y foros. Y claro, te quedas siempre con lo que te viene bien, con lo que quieres oír. Pero después viene el golpe, y si algo he aprendido de cada tratamiento es que cuanto menor sea la expectativa y la carga emocional acumulada menos se sufre y más pronto te repones.

Ahora quiero vivir estos días tranquila, relajada, animada, entretenida, ocupada... pero volcando solo la ilusión y las esperanzas justas, las justas para mi primera FIV. Quiero guardar fuerzas y ganas por si hubiera que volver a intentarlo. 

No se si es lo que hay que hacer o no pero es lo que a mi me funciona y me equilibra. Otro día escribiré sobre el yoga y la meditación que tanto me esta ayudando en todo este proceso. Hoy acaba un día más de esta espera (no quiero contarlos) un día más que puede que me esté acercando más a ti. No, estoy segura de que me está acercando más a ti, porque tanto si ya te llevo dentro y has decidido quedarte como si vas a hacerte desear un poco más, hoy estoy un poco más cerca de ti.


¡Besos verdes de esperanza!

miércoles, 18 de mayo de 2016

Mientras betaespero

Hoy voy a aprovechar mi betaespera para contaros un poco mejor mi historia.

En diciembre de 2012 empezamos a buscarTE. ALFA lo cuenta desde más tarde porque dice que entonces aún no calculábamos las fechas. Es verdad, quisimos empezar despacio, casi despreocupados. Ya sabéis lo que dicen los que, aunque con la mejor intención, saben poco de esto: 

"Cuando te relajas es cuando te quedas; cuanto menos lo desees mejor; no pienses en ello y vendrá". 

Estamos en mayo de 2016 y desde ese diciembre hemos pasado por todas las fases, os lo aseguro. Por la de dejarnos llevar y ver si un día nos sorprendíamos en plan "fíjate, a la primera" (como te dice alguna amiga a la que en secreto odias). Después empiezas a tener presente tus días fértiles aproximados y tratas de que esos días haya chispa sí o sí. Luego compras un clearblue de esos, un test de ovulación, y compruebas que efectivamente, por si te cabía alguna duda, ovular ovulas. Pero cuando llevas un año que no has tenido más sexo en tu vida y la cosa no funciona... empiezas a pensar "aquí pasa algo" o, al menos, conviene consultar. Así que fuimos al gine y tras las típicas pruebas nos catalogaron como IOD. Es decir, Infertilidad de Origen Desconocido o lo que es lo mismo infertilidad cuya causa ellos desconocen. 

A partir de entonces nos entregamos en cuerpo y alma a lo que mi ginecóloga nos pautaba. Ella iba despacio y por lo tanto nosotros también. Nos recomendó darnos un tiempo más intentándolo de forma natural. Al ver que seguíamos igual me recetó OMIFIN durante 5 meses (una perdida de tiempo en mi opinión). Seguíamos en el punto de partida pero yo empezaba a saber ya lo que era hormonarse, sentir síntomas de embarazo que en realidad te provocaba la progesterona y el resto de medicación, y también empezamos a sufrir los primeros golpes: 5 meses, 5 negativos. Porque lo peor es que cada mes te tienes que hacer la maldita prueba, para mí el test del NO EMBARAZO (a ese sí que le odio).

Pero seguíamos "tranquilos" confiando en nuestra doctora, que volvió a recomendarnos más tiempo... Otro año sin resultados. Así nos plantamos en septiembre de 2015, cuando empezamos nuestra primera IA recetada por ella. Entre medias, yo intentaba buscar un problema, un motivo, algo que justificara lo que nos estaba pasando. Así que me informé sobre pruebas que no me habían hecho y podían ser clave, y no paré hasta que me las mandaron. Todo bien. 

Sin embargo, me entero por una amiga que no me habían hecho la prueba probablemente más importante! La hormona antimülleriana, la que mide la reserva ovárica, es decir, la que te dice cómo de viejos están tus óvulos y cuántos te quedan. Si la cifra es baja, tanto la calidad como la cantidad de óvulos también lo son. La mía solo era "tirando a baja", pero ya era un punto de partida, una pista, y yo tuve que esperar casi 3 años para enterarme!

Precisamente la reserva ovárica baja se ha visto y mucho en la FIV que acabamos de hacer. De ahí viene, dicen los médicos, mi baja respuesta a la estimulación ovárica. Así que ahí puede estar el problema, o quizá no, pero es algo que todas las mujeres tenemos derecho a saber y más cuando se está buscando un hijo; nuestra reserva ovárica, nuestra edad fértil, para poder acudir cuanto antes a técnicas de reproducción si es necesario. 

Yo ahora se lo digo a todas mis amigas: pedid un estudio de vuestra reserva ovárica. Se hace con un simple análisis de sangre y sí, será caro para el seguro médico pero para algo estamos pagando.

Ya no tiene remedio pero si me preguntáis si hubiera empezado antes, os digo que sí.  Antes a poner remedio, y probablemente también hubiera hecho menos IAs sabiendo lo que ahora sé. Porque los tratamientos también tienen un límite. Y no lo digo por el dinero, que también, lo digo porque para nuestro cuerpo es una carga brutal de hormonas y también una tremenda carga emocional. No puede ser sano, así que no puede ser ilimitado. 

Quiero acabar con algo positivo. La historia de mi vida en lo que ha ser madre se refiere no ha empezado muy bien, está siendo duro, pero creo que me está preparando para ser una mejor mamá. Lo siento de corazón. Creo que me está llenando de paciencia, de amor, de tesón, de coraje, me está haciendo valorar cada momento que está por venir. Desear las nauseas del embarazo sí, y también las noches sin dormir porque el peque no para de llorar. 

Así que ojala mi pequeño superviviente que lleva ya cuatro días conmigo se quiera quedar para toda la vida!

¡Muchos muchos besos verdes de esperanza!
                                                                 


martes, 17 de mayo de 2016

Reposo tras la transferencia embrionaria

Hay muchas teorías sobre esto, si leéis no hay quien se aclare. A mi me han "recetado" dos días de reposo absoluto, es decir, del sofá a la cama y de la cama al sofá, y luego vida tranquila.

Sin embargo, hay estudios recientes que se inclinan por no guardan ningún reposo, ni siquiera el primer día. ¿El motivo? Pues que al movernos  mejora nuestro riego sanguíneo y eso facilita la implantación del embrión. Además, esos estudios recalcan que no hay pruebas de que el reposo aumente la tasa de éxito del tratamiento y por tanto muchas clínicas ya recomiendan desde el minuto uno VIDA NORMAL.

Pero, sobre todo, vida normal para aliviar el estrés y la ansiedad, los peores enemigos de la implantación. Y en eso estoy de acuerdo. No soy médico ni experta en el tema, como sabéis esta es mi primera FIV, pero hay cosas que te suenan lógicas y de sentido común y ésta es una de ellas. 

¿Mi consejo no profesional? Que hagas una vida tranquila y sin esfuerzos, especialmente los dos primeros días. Que te tomes el día libre si puedes, pero que no te obsesiones con estar tumbada en la cama o con no mover un músculo porque eso seguro que NO AYUDA.

En mi caso es lo que procuro hacer. Y ALFA se preocupa tanto que me tiene como una marquesa; no me deja hacer nada de la casa ni hacer el más mínimo esfuerzo. Me prepara el desayuno, la comida y la cena. Yo no le digo nada porque que te mimen de vez en cuando también mola...jeje. Pero mi idea hoy es moverme un poco más sin temor ninguno. Sé que mi pequeño sigue ahí y que si se tiene que implantar se implantará. Lo importante es no pensar todo el rato en el tema y a eso ayuda moverse, cambiar de aires, hacer otras cosas... 

A mi este blog me tiene muy entretenida, quizá demasiado porque esta noche me he despertado a las 5 de la mañana pensando en nuevos posts! jaja En fin, mañana ya vuelvo al curro así que tendré menos tiempo pero seguiré escribiendo porque estoy descubriendo lo mucho que me gusta. 

     ¡Besos verdes de esperanza! 
                                          

lunes, 16 de mayo de 2016

Mi superviviente

Como os podéis imaginar por el título solo ha habido un embrión. El otro finalmente no lo consiguió, pero este pequeño superviviente que ya llevo dentro ha llegado con ganas de quedarse. Me lo decía la cara del médico y también sus palabras. Es de calidad B (A y B son las mejores). Y sí, no es garantía de nada, lo sé, pero ya que solo tengo uno mejor saber que parte con ventaja... 

¿Que cómo ha sido?  Pues rápido, sencillo y muy natural a pesar de todo. Mi chico (a partir de ahora ALFA) ha podido estar presente durante la transferencia, lo cual ayuda mucho. El médico no paraba de hacer chascarrillos y dar energía positiva a la sala. Y la enfermera ¡un encanto! Primero te hacen una pequeña prueba con la cánula para comprobar que pasa sin problemas, y con una ecografía abdominal comprueban que tienes la vejiga llena. Luego traen el embrión y lo transfieren sin más. 

En un segundo, sin darme apenas cuenta, estás dentro de mí, mi pequeño superviviente.


 Y ahí está. Han tenido el detalle de darnos una foto suya. Ojala sea la primera de muchas!


Ahora toca lo más difícil, esperar sin desesperar. Tengo por delante 15 días, la temida betaespera, hasta la prueba de embarazo. 15 días para cuidarme mucho, descansar, no hacer esfuerzos (tendré que dejar mi yoga...) y procurar mantener un sano equilibrio entre la energía positiva y la ilusión desmedida que puede acabar en dolorosa frustración.

No es fácil, pero ya lo he hecho otras veces, en mis cuatro IAs. Cuatro negativos. Ya sé por esas experiencias que tengo que dosificar mis energías, mis ilusiones, mis ganas de ver síntomas de embarazo donde solo hay efectos de la progesterona. Ahora soy más sabia y por tanto un poquito más fuerte. No voy a ponerle nombre, ni voy a fantasear sobre cómo contarle el positivo a mi familia y a mis amigos. Voy a esperar intentando no desesperar.

  ¡Besos verdes de esperanza!



domingo, 15 de mayo de 2016

Contando óvulos

Hace casi un año que empecé a contar óvulos... Decidimos empezar con tratamientos de fertilidad después de más de dos años buscando el bebé que no llegaba. Previamente había probado con OMIFIN pero nada. Así que en septiembre de 2015 empezamos con nuestra primera IA (inseminación artificial). La primera fue por lo privado, las tres siguientes por lo público y ninguna ha dado resultado. Han sido 7 meses de cuadrar agendas y trabajo, de pinchazos, visitas al médico, pruebas, analíticas y abrirte de patas como si no hubiera un mañana.
Pero también meses de ilusiones, frustraciones, emociones contrapuestas, de soles y nubarrones, de llantos y de risas, de  dudas, de nervios y de mucho mucho aprendizaje.

Pasada esa fase teníamos claro lo que tocaba: FIV (fecundación in vitro). Así que mientras apurábamos nuestra última IA nos pusimos manos a la obra a buscar la mejor clínica donde hacerlo, o al menos la que más nos cuadrara. No fue una decisión fácil, pero por fin elegimos FIV MADRID. Nos basamos en el trato personal, en la química con la doctora, en las instalaciones y en la cercanía/comodidad para nosotros.
Y ¡ahí estamos ahora! En pleno proceso de FIV. Nuestra primera FIV y ojala que sea la única para llegar a ti. 
Ya me han hecho la punción ovárica: 7 óvulos. Que diréis...qué pocos, pero para nosotros ha sido todo un éxito porque partíamos de 4 en la primera ecografía. Sin embargo, las que ya habéis pasado por esto sabéis que esa es una cifra trampa. Luego viene el descarte; los que NO son maduros para ICSI, los que NO han fecundado y finalmente SOLO quedan los que han pasado a la fase de embrión. A nosotros con el descarte nos ha quedado un embrión y otro a medio camino que mañana nos dirán si lo ha conseguido. 
Solo un superviviente, un pequeño héroe independiente que ha pasado su primera noche fuera de casa pero que ya está en nuestros corazones.
En resumen, ayer me pegué el primer planchazo. Pensaba que con ICSI (microinyección espermática) todos los óvulos maduros lograban fecundarse. Pero parece que no. Nunca dejas de aprender con esto (y entre medias de llevarte unas lloreras...).
Mañana tenemos la transferencia ¡por fin! Tengo ganas pero también estoy nerviosa. No sé ni siquiera cuantos me transferirán. Si finalmente tendré posibilidad de dos o solo tendremos a nuestro pequeño superviviente. Es un momento crucial del que sin embargo participas solo pasivamente. Hay poco que yo pueda hacer pero todo lo que esté en mi mano lo haré.
 El reposo con la progesterona (parece que va bien), aquarius, cuidar la alimentación, no hacer esfuerzos... y mucha mucha ENERGIA POSITIVA!!
Por eso me he decidido justo ahora a abrir este blog. Hace tiempo que la idea rondaba por mi cabeza, porque recientemente me he dado cuenta lo mucho que me ayuda leer otros blogs sobre fertilidad. Las dudas que me despeja y, sobre todo, lo tranquila que me hace sentir saber que hay personas pasando exactamente por lo mismo que yo. Puedes hablar con amigos, con familia, con la gente que más te quiere, incluso con tu pareja, pero hay momentos en los que te sientes perdida y sobrepasada y en que lo único que te sacia y se calma es leer/hablar con alguien que comparte tu experiencia. 
¡Y ahora me toca a mi! 

Contaros mis andanzas y también desahogarme en este pequeño diario que empiezo hoy con MUCHA ILUSIÓN y muchas ganas de contar mi primer POSITIVO y ojala me contéis vosotras los vuestros!