La alegría del positivo solo nos duró dos días. El miércoles me hicieron repetir la beta porque me dolía el abdomen y manchaba un poquito (solo rosa y muy ligeramente). Yo no le dí importancia pero la clínica sí y quiso saber que todo iba bien.
El susto llegó con la beta, dio 1030, "una cifra inferior a la normal" nos dijeron, porque a las 48 horas por lo visto la beta se tiene que duplicar en los primeros días. La mía debía haber sido de casi 1300. Aún así yo no me alarmé, pensé que no era para tanto, pero la voz de la doctora me decía otra cosa. Me adelantó la cita para controlarme más y en eso quedamos. Cuando colgué, con un poco de susto en el cuerpo, busqué por Internet si era tan grave tener la beta ligeramente inferior al "duplicado" y lo primero que encontré: EMBARAZO ECTÓPICO. Es decir, que el embrión se está desarrollando fuera del útero (normalmente en las trompas de Falopio), algo no solo inviable si no muy grave para la mujer. No lo vi en una página, ni en dos ni en tres, ¡sino en todas!
Me asusté mucho, lloré y al ver mi estado de nervios pensé que no podía aguantar así hasta el lunes; por la tarde volví a llamar a la clínica. Ellos confirmaron mis temores: entre el manchado y la beta baja sospechaban de embarazo ectópico. Me notaron tan nerviosa que me propusieron adelantar la cita al viernes para volver a hacer la beta y ver la evolución e intentar una ecografía para ver si se veía el saco gestacional en su sitio.
Fueron las 48 horas más angustiosas de mi vida, al menos que yo recuerde. Quizá fue el contraste: pasar de la alegría absoluta a la tristeza y preocupación máxima. Me sentí tonta por celebrarlo tanto, por contárselo a tanta gente, por haberles involucrado tan pronto en este embarazo incipiente que podía frustrarse en el día dos.
Decidí que este susto lo contaría al menor número de personas posible. No quería desatar una alarma innecesaria ni tener a todos pendiente preguntándome, porque eso también me generaría más angustia. Mi familia me tranquilizó un poco, me pidieron que no sufriera por adelantado y me dijeron algo muy cierto, que yo estaba tan controlada que en un embarazo normal de esto no te enteras. Y es verdad, pero yo sí lo sabía. Sabía que tenía ya papeletas para una desgracia temprana y no podía ignorarlo. ALFA, sin embargo, estaba convencido de que todo iba bien. Lo decía una y otra vez y no por tranquilizarme a mí, que también, sino porque estaba seguro de ello. Me decía que mis llantos eran innecesarios y que debía calmarme porque eso seguro que no era bueno para el bebé.
¡Qué diferentes somos! Yo celebro mucho más pero también me preocupo mucho más... Lo bueno es que nos equilibramos. El ying y el yang, supongo..El viernes, por fin, respiramos tranquilos y volvimos a llorar de felicidad
Fui con miedo a la clínica. Con miedo y con nervios. Me hicieron la beta (análisis de sangre) y nos mandaron a dar una vuelta tres cuartos de hora hasta que tuvieran el resultado. Cuando volvimos la enfermera me sonrió. Me llamó para entrar en la consulta y me susurró "tranquila, todo está bien". Pufff respiré tranquila... La doctora me lo confirmó: beta de 2.628! En la ecografía se pudo ver el saco gestacional (aun es pronto para ver el embrión) y estaba en su sitio, en el útero. No había duda, el embarazo no era ectópico e iba bien.
Ahora solo tenía que recoger mis pedacitos de miedo, mis temores, tristeza, rabia y frustración y tirarlos lejos. Porque no pienso volver a ponerme en lo peor a no ser que no me den otra opción. A partir de ahora, éste es un embarazo normal con los riesgos normales y solo tengo que cuidarme como el resto y disfrutar cada día de sentirme EMBARAZADA, lo que había querido sentir desde hace 3 años y medio.
Hoy sé que mi pequeña semillita (aún no llega a lenteja) está ahí, creciendo dentro de mí. Y ya no hay otra cosa que ocupe mi mente que la felicidad por saber que ¡¡estoy más cerca de conocerte!!
¡Muchos besos de esperanza para todas!


Tengo una mala noticia, una de las peores cosas que tiene ser madre es que descubres lo que es el miedo. A partir de ahora tendrás miedo casi continuamente. Miedo en el embarazo a que algo vaya mal y cuando nace terror a que algo malo les pueda pasar. Te acostumbras a vivir con ello y aprendes a no ser pesimista. A partir de ahora es la parte mala de lo que te toca vivir pero claro hay tanto bueno que compensa. Disfruta de tu embarazo, todos confiamos en que va a ir bien!!
ResponderEliminar¿Así que esto no para? jaja Bueno, espero que entre susto y susto haya mucho bueno que celebrar. Cuanto más se ama más se teme, está claro, y eso se aplica perfectamente a los hijos. Así que intentaré disfrutar de todo lo que llegue a partir de ahora que seguro que es mucho!
EliminarGracias por ser mi amiga y consejera. Te voy a necesitar!!